domingo, 4 de noviembre de 2007


Si un buen día nos levantásemos y viéramos que no hay publicidad por ninguna parte, ¿qué pasaría? Algunos sociólogos escribieron que no lo soportaríamos. Un francés, de apellido Baudrillard, escribía y decía que la publicidad cumplía la función de una "instancia materna que nos da calor y nos protege" (a esto le seguía una crítica tremenda a la publicidad y al sistema capitalista). Jean (que nos dejó el pasado mes de marzo) decía que sin la publicidad nos sentiríamos solos.

Sus compatriotas, y más concretamente los ciudadanos de París, tienen en sus manos poder vivir en una ciudad sin publicidad. En el mes de diciembre se someterá a votación popular el retirar el 60% de la publicidad de la capital francesa. Una de las ciudades más importantes del mundo, una de las más caras y lujosas (e incluso glamourosas), trasfondo de miles de historias de amor...puede empezar el año (casi) sin publicidad.

Lo que puede suponer el inicio de una nueva época, una nueva clase de publicidad, otras estrategias que sustituyan a las ya conocidas, ha dado lugar a una serie de quejas de los anunciantes. Tienen miedo.
En vez de pensar en
nuevas formas de "atacar a la presa", cambiar el chip y adaptarse a la nueva situación, se agobian pensando que el mundo se acaba. El "interruption marketing" se queda obsoleto y las formas no convencionales de publicidad llaman a la puerta.

Posted by Regado por Anónimo sobre las 9:37
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