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Mientras el jugador-entrenador de cuarenta y pocos años se defiende diciendo que él lleva usando eso desde hace siglos, la justicia deportiva de Brasil le condena a 120 días sin jugar al fútbol. Pero para un hombre como romario no supone nada, porque dentro de esos 120 días volverá al campo, meterá un par de penaltis y poco más.

Es raro que los del as, marca o cuatro deportes, no hayan difundido esos rumores que corren por ahí de la fiesta brasileira después del juicio, con romario incluido, donde uno de los asistentes (ya jubilado) en vez de pedir 40 condones (como el colega del madriz), pidió 40 viagras.

Pero la historia no ha terminado. Primero hay que contar lo que pasará con el recurso del vasco de gama (equipo donde romario es tan imprescindible como ronaldinho en el barça) y las consecuencias de la fiesta en honor a los crecepelos.