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Ayer viendo la tele me vi sorprendido por una de las noticias que daba el informativo. Una de las jóvenes estrellas de Hollywood había muerto. Concretamente el actor australiano Heath Ledger.

Quizá el nombre en principio no os diga nada, como me sucedío a mi, pero si os digo que es el protagonista de "Destino de Caballero" , uno de los gays de "Brokeback mountain", el hijo de Mel Gibson en "El patriota" y el último actor en encarnar al malvado Jocker en su juventud, quizá así si os suene algo.

Pues resulta que este jóven de 28 años, con tanto dinero que gastar, y por lo tanto tantos problemas en su desgraciada vida, se le fue la mano con los tranquilizantes o lo que fuesen las pastillas que tomó, quedando muerto en su propia casa.

Cuando le dijeron a Jack Nicholson de la muerte de su comapañero, este dijo: "Le advertí", "yo casi caigo por un barranco por tomarme esas pastillas".

Parece increible pero es así, cuanto más dinero, fama y poder, más drogas y más depresiones...y al final la muerte. En plena juventud, con poco pelo eso sí, pero en definitiva en plena juventud y con una vida encarrilada llena de exitos, este tipo nos deja y ensalza su figura por morir jóven.