martes, 20 de noviembre de 2007


Así empieza el último tercio de una corrida de toros. Antes de hacer algo, siempre se pide permiso: cuando eres pequeño y quieres usar un sacapuntas, pides permiso (o no, porque de pequeños, todos hacemos lo que nos da la gana); cuando estás en el instituto y tienes que ir al aseo, pides permiso. Nos enseñan a pedir permiso antes de hacer algo.

Ahora traslademos todo esto al mundo del marketing: ¿nos piden permiso para interrumpirnos y destrozarnos la mejor escena de la película?¿nos preguntan si queremos esa cantidad de papeles en nuestro buzón? Jamás. ¿qué pasa cuando hacen la pausa para la publicidad en un programa de la tele? Tienen que decir que solo son 4 minutos (o menos) con un reloj, que algo va a pasar en la publicidad, para que la gente no cambie y se enganche a otra cosa.

Puede que nos entretenga (como dice V.Verdú en su "estilo del mundo"), pero lo que se avecina es una gran cambio: parece ser que la solución está en pedir permiso al target antes de tratar de venderle algo, hay que hacerse amigo del público objetivo, hay que conseguir su confianza y a partir de ahí...todo solucionado.

Lo dice Goding (Seth, para los amigos) en su libro "Permission Marketing". Un nueva forma de conseguir un objetivo, que tiene una base en las relaciones personales y en el comportamiento humano: si consigues el permiso de alguien, consigues lo que quieres (como el torero, el alumno, el ligón...). Hay que llegar al target de la forma más inesperada para éste y conseguir sorprenderle, obtener su confianza y después tratar de ver qué es lo que quiere y cómo podemos satisfacerle (sin perder de vista los objetivos del cliente).

próximamente...algún que otro ejemplo.

Posted by Regado por Anónimo sobre las 12:07
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