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Las navidades sirvieron para "pasar revista" por parte de mi madre. Para ella (y para arguiñano) una de las cosas más importantes son las legumbres: lentejas, garbanzos, habichuelas etc. Ella me decía "pero les haces potajes y lentejas a tus chicas?" y después soltaba el típico "sí mamá"

Pues dejando a un lado la olla expressss y todos esos artilugios, os explicaré como jugar y pasárselo bien haciendo unas lentejas (que si quieres las tomas y si no, las dejas...aunque siempre te las terminas tomando).

Si tenéis almendras, machacarlas en trozos pequeños. Coger también las lentejas (un puñado por barba), cebolla, patata, laurel y dejar siempre un espacio para la imaginación. Más de uno dirá...¿y qué pasa con el hueso de jamón? ¿y el huevo duro?...pues depende de lo que haya en la nevera se pone una cosa u otra.

La cosa es fácil: En la olla se calienta un poco de aceite y cuando está caliente se rehoga (pochar) la cebolla. Yo también le pongo pimiento, calabacín, tomate y alguna otra cosa más que pille con un par de dientes de ajo (luego lo trituro para que no se vea nada). Una vez triturado, lo reservamos y doramos la almendra machacada en la olla. Añadimos nuestra base fantástica y también las lentejas. Luego se cubre de caldo (todo esto se hace a ojo) y bajamos un poco el fuego hasta oir el "chop-chop". Añadir el laurel. Pelamos las patatas, las rompemos (primero cortamos pero luego las rompemos para que sueltén almidón) y las añadimos a la mezcla. Podemos añadirle un poco de vino tinto (se me ocurre ahora) para darle gusto...y si queremos cocemos los huevos a parte y a falta de 5 minutos los añadimos pelados y troceados a las lentejas.

Poco más, en menos de tres cuartos de hora tenemos unas super lentejas para comer. Las hacéis diferente? yo es que no sigo un orden, a veces se me olvidan cosas...hago más o menos lo que hacían mis abuelas (me pasaba el tiempo en la cocina...comiendo y mirando) y en la cocina el asunto es divertirse.